El derecho a la desconexión laboral, en contra de lo que muchos puedan pensar, tiene tantas ventajas para las empresas como para los empleados.

La desconexión laboral es un derecho para cualquier trabajador en España, sobre todo después del auge del teletrabajo como medida de flexibilidad laboral. Lo que empezó como una política de conciliación se convirtió para muchos en un yugo del que no podían deshacerse aunque ya hubiera pasado la jornada laboral estipulada.

En este artículo hablamos de la desconexión laboral, de su importancia y de cómo aplicar políticas de desconexión que ayuden tanto a empleados como a la propia empresa. ¡Vamos a ello!

¿Qué es el derecho de desconexión?

El derecho a la desconexión digital consiste en el derecho de toda persona de no tener contacto, fuera de su jornada, con su entorno laboral para cuestiones relacionadas con el trabajo.

Según la RAE: Derecho de los trabajadores y empleados públicos a que su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como su intimidad personal y familiar no se vean negativamente afectados por el uso de dispositivos digitales que pueda efectuar el empleador.

Esto quiere decir que cualquier trabajador, ya acabada su jornada laboral, no tiene por qué responder o enviar correos; ni realizar o contestar llamadas; ni tampoco estar disponible en ningún canal de comunicación.

La ley en España así lo estipula, aunque existen excepciones que tienen que ver con ciertos tipos de trabajo, de urgencia o de primera necesidad.

El objetivo esencial de este derecho es respetar el tiempo libre de todas las personas y reconocer lo necesario de la desconexión digital para tener una vida saludable, evitar el estrés laboral y, en última instancia, el burn-out.

¿Por qué es importante la desconexión laboral?

La desconexión es importante porque permite a los trabajadores conciliar, de verdad, la vida personal y profesional.

Tras la implantación del teletrabajo y la flexibilidad horaria en las empresas, se demostró que muchas personas eran incapaces de dejar de trabajar. Esto se producía porque sus jornadas no coincidían con las de sus compañeros, o con las de proveedores o clientes, y se sumergían en una constante llegada de comunicaciones a cualquier hora del día.

Ante esta tesitura, muchos empleados se vieron desbordados de trabajo y abocados al estrés constante.

Según La Vanguardia: “Las medidas que empresa y empleados negocien deben encaminarse hacia un uso razonable de las herramientas tecnológicas que evite el riesgo de fatiga informática y la obesidad digital”

Esta situación, tras la pandemia, ha influido en las grandes, pero dolorosas, tendencias del mercado laboral actual como la gran renuncia o la renuncia silenciosa.

El derecho a la desconexión da respuesta a esta situación para asegurar el bienestar de cualquier persona trabajadora. Cuando desconectamos de manera eficaz reactivamos nuestra capacidad productiva y nuestra creatividad. Nuestra motivación se reaviva y nuestro compromiso con nuestros objetivos profesionales se ven de forma más optimista.

Todo ello, no es únicamente beneficioso para los empleados, sino también para las propias empresas. Estas deben aprender que no necesitan empleados conectados el 100% del tiempo, porque no se puede ser productivo el 100% del tiempo. En consecuencia, respetar ese derecho a la desconexión garantizará a la empresa menos fuga de talento y mayores índices de satisfacción laboral.

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Ejemplos de políticas de desconexión laboral en la empresa

A continuación, describimos algunas políticas de desconexión laboral compatibles con la jornada laboral flexible y con el teletrabajo. Todas ellas ayudarán a las empresas a respetar el derecho a la desconexión digital y, también, a aprovechar todas sus ventajas.

Comunicar el horario de disponibilidad

Es evidente que si tenemos un horario de trabajo flexible no tendremos un horario fijo en el que comunicarnos, pero seguro que podemos establecer un horario en el que más o menos todos los días estemos disponibles.

Por otro lado, para garantizar la desconexión laboral, podemos establecer un periodo máximo dentro del cual vamos a dar una respuesta. Por ejemplo, en el caso de un cliente, podemos establecer respuestas de 24h o de 48h.

Utilizar respuestas automáticas

Utilizar respuestas automáticas puede ser una buena política de desconexión laboral porque garantiza que la persona que se comunica con nosotros recibe información inmediata sobre nuestra disponibilidad próxima. Para contar con un mensaje automático efectivo incluye el tiempo máximo en el que recibirá respuesta, tu horario de comunicaciones o una alternativa de comunicación para una urgencia.

Estipular los mensajes de urgencia

Puede que algún momento surjan imprevistos que ni el empleado ni la empresa quieren. Para asegurar la desconexión laboral en estos casos, está bien estipular un canal de comunicación de urgencias. Debemos asegurarnos de que este canal solo se utilice ante situaciones puntuales y de verdadera necesidad.

Establecer momentos de concentración

Normalmente pensamos en la desconexión digital como una condición aplicada únicamente a los momentos de descanso. Pero podemos ampliar la definición para aprovechar sus ventajas durante la jornada laboral. Todos los empleados necesitan momentos de concentración plena en los que realizar el grueso de su trabajo productivo. Si estos momentos se interrumpen la productividad baja estrepitosamente.

Podemos instaurar momentos de concentración en los que no respondemos correos rutinarios o llamadas no urgentes, para maximizar nuestro rendimiento. Y con ello, establecer momentos en los que estamos completamente disponibles, no solo para urgencias, sino también para conversaciones constructivas y otras propuestas.

Asignar guardias

Para garantizar la desconexión laboral de los empleados de nuestra empresa, mientras mantenemos la calidad de nuestro servicio al cliente, podemos asignar momentos de guardia en las que los empleados se alternen o incluso que se ofrezca a quien mejor disponibilidad tenga para hacerlos.

Estas jornadas de guardia se computan como jornada laboral o extras de las personas que las hagan preservando así el derecho a la desconexión.

Conclusión

La desconexión laboral es un derecho para los empleados, y un deber para las empresas. Pero esto no ha de ser visto como una desventaja para las mismas, sino como una oportunidad de maximizar el rendimiento y la motivación de sus empleados.

La empresa puede instaurar políticas de empresa orientadas a respetar el derecho a la desconexión digital de sus trabajadores para, en última instancia, reducir sus índices de rotación y mejorar sus índices de satisfacción.

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